Los cercos eléctricos son una solución efectiva y discreta para proteger terrenos, jardines y propiedades sin necesidad de recurrir a estructuras invasivas. Funcionan mediante impulsos de baja potencia que generan un efecto disuasivo inmediato sin poner en riesgo la integridad de personas ni animales. Su versatilidad permite instalarlos en zonas residenciales, rurales o industriales, adaptándose a diferentes necesidades de seguridad perimetral.
En zonas ribereñas o cercanas a cuerpos de agua, la presencia de carpinchos, nutrias u otros animales silvestres puede convertirse en un problema. Para estos casos, ofrecemos boyeros eléctricos diseñados específicamente para ahuyentar sin dañar. Emiten una descarga leve, que no genera heridas, pero es suficiente para disuadir al animal y evitar que ingrese a jardines o cause destrozos. Son ideales para proteger espacios verdes, cultivos o estructuras vulnerables sin afectar la fauna local.
Para los hogares con gatos contamos con un sistema antiescape especialmente diseñado para evitar que los felinos salten o trepen por las medianeras. Consiste en módulos giratorios que se colocan en la parte superior de muros o cercos, impidiendo que el animal pueda afirmarse y lograr el impulso necesario para escapar. Es una solución estética, segura y efectiva que no daña a las mascotas y se integra de manera discreta al entorno, manteniendo la tranquilidad de los dueños y la seguridad de los animales.
También instalamos sistemas pensados para el control de mascotas domésticas, especialmente gatos y perros. Utilizamos concertinas modificadas o cercos eléctricos de baja intensidad, colocados sobre medianeras y muros, que impiden que los animales crucen de una propiedad a otra. Esto evita conflictos con vecinos y protege tanto a las mascotas como a las personas. Además, estos sistemas cumplen una función adicional de seguridad, disuadiendo posibles intrusos en puntos vulnerables del perímetro.
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