Las barreras de rayos infrarrojos son sensores de largo alcance fáciles de instalar diseñados para proveer seguridad perimetral, exterior e interior. Se fundamentan en la proyección de haces de luz infrarroja (no visible) entre un elemento emisor y un receptor, de tal manera que al interrumpir el haz de enlace de ambos elementos se produce la activación de la alarma correspondiente.
La instalación de barreras infrarrojas tiene ventajas en perímetros con grandes rectas y en terrenos sin irregularidades y pueden cubrirse grandes distancias. Las líneas de detección creadas por los haces infrarrojos permiten su instalación en espacios estrechos o con obstáculos cercanos.
Vienen provistas de una carcaza impermeable que además filtra la luz solar pudiendo usarse tanto en interior como en exterior. Poseen además un sistema calefactor anti-congelante, de esta forma las funciones de los haces siguen siendo totalmente confiables aún en condiciones extremas como ser lluvia o niebla.
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